sábado, enero 20, 2007

PLAZA PUBLICA LEY DE COMUNAS


¿Será 2007 el año de las Comunas?

Reclamar por una calle rota o sucia, la construcción de una plaza, la apertura de un Centro de Atención Primaria de la salud en el barrio o controlar el funcionamiento de una escuela, todavía hoy son pedidos que los vecinos deben hacer al Centro de Gestión y Participación (CGP) más cercano. Pero a menudo, esos trámites se pierden en un camino burocrático hacia la dependencia del Gobierno de la Ciudad encargada del área respectiva, y la respuesta llega tarde o no llega nunca. Esto dejaría de ser así cuando comiencen a funcionar –presumiblemente este año- las demoradas
Comunas de la Ciudad de Buenos Aires. Tal como lo dispone la
Constitución porteña , las Comunas le permitirán a los vecinos elegir a un órgano descentralizado de gobierno barrial que podrá manejar un presupuesto propio, así como las prioridades de gasto, y ejercer el control de la gestión.
Pero ¿cómo van a impactar realmente las Comunas en la vida de los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires? Estos nuevos organismos elegidos en forma directa por los vecinos tienen defensores, detractores y ciudadanos expectantes.
Así, mientras unos sostienen que es un gran paso en el camino hacia la descentralización, en el que las decisiones se tomarán mucho más cerca de donde está el problema y el intercambio con la autoridades comunales será mucho más fluido, otros advierten que la descentralización sólo será de carácter administrativo, que sólo generará más puestos políticos que serán llenados por las viejas estructuras y que nada va a cambiar demasiado. Un primer paso para hacer más efectiva la participación y transparentar su funcionamiento, es informarse.
¿En qué consisten? Las Comunas, tal como lo establece el
artículo 127 de la Constitución porteña, son “unidades de gestión política y administrativas con competencia territorial que ejercerán funciones de planificación, ejecución y control de las obras de gobierno”. Esto significa que no son una repartición administrativa más del Gobierno Central, sino organismos de gobierno barriales elegidos con participación de los vecinos, quienes podrán presentarse y elegir candidatos para integrar una Junta Comunal de siete miembros, conformada en forma proporcional según los votos obtenidos y presidida por el candidato que haya obtenido el mayor número. Además habrá un Consejo Consultivo compuesto por entidades vecinales, organizaciones comunitarias, partidos políticos y vecinos con cargos ad honorem.
¿Por qué no están funcionando aún? La puesta en marcha de la Comunas es una deuda que los distintos jefes de gobierno y legisladores porteños vienen arrastrando desde el 1º de octubre de 2001 –cuando venció el plazo establecido por la Constitución- y que revela que la mentada
descentralización no parece estar entre las prioridades de los poderes de turno, pese a la demanda de los vecinos y el reclamo activo de distintas organizaciones barriales. Con cuatro años de demora, a fines del 2005 se promulgó la
ley 1.777 por la que
la Ciudad quedó dividida en 15 Comunas.
“La ley de Comunas es la primera reforma política concreta después de la crisis de 2001”, afirma Roy Cortina, titular del
Ministerio de Gestión y Descentralización de la Ciudad, para quien “va a ser una verdadera revolución desde el punto de vista de la participación ciudadana, porque si en una ciudad como Buenos Aires buscamos una plaza pública para debatir, tiene que ser ineludiblemente a escala humana. La descentralización, entonces, va a ser la otra cara de la moneda de la participación”. La ProtoComuna Caballito es una organización de vecinos surgida a principios del 2003, según explica Gustavo Desplats, “como una reacción al fracaso de la experiencia de Presupuesto Participativo, cuyo objetivo es promover y difundir los beneficios de una correcta aplicación de una descentralización administrativa y operativa en la Ciudad”. Fue una de las que más activamente participó en la elaboración de la ley.
Para Desplats, “la norma es una ley marco que puede ser aplicable en una Ciudad que viene de la no participación y que de manera constante ha desalentado la participación ciudadana”.
Cortina, quien desde su anterior cargo de presidente de la Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana de la Legislatura, vino trabajando desde el 2004 en una metodología participativa para la elaboración de la ley, asegura que “lo que se viene es una democracia con más control por parte de la ciudadanía, más transparencia y proximidad, donde por primera vez en la ciudad se van a elegir representantes en los barrios, que deberán tener que tener el domicilio en la comuna, lo que va a contribuir a la oxigenación política porque se van a crear nuevos partidos y nuevas listas vecinales que van a surgir a partir de la potenciación de las ONGs existentes o las que se vayan a crear”. Sin embargo, aún no se realizaron las elecciones, pese a que la norma fijaba que debían convocarse antes del 31 de diciembre de 2006. Y todavía no hay fecha cierta, aunque las autoridades porteñas y los legisladores de distinto signo aseguran que se harán “sí o sí” este año. De hecho, en diciembre pasado, justo antes de que enciera el plazo para fijar la fecha,
la Legislatura la prorrogó hasta el 31 de mayo de 2007, con el argumento de que aún no estaban confeccionados los padrones de acuerdo a la nueva división de la Ciudad. Aunque estos motivos técnicos parecen estar teñidos de razones políticas ya que se especularía con realizarlas simultáneamente con los comicios de este año para elegir jefe de Gobierno y legisladores porteños, e incluso hacerlas coincidir con los comicios nacionales - lo que está prohibido por una ley porteña- para poder incidir con los aparatos políticos y clientelísticos. Desplats es escéptico sobre la posibilidad de que las elecciones se realicen este año para elegir a los representantes comunales y manifiesta sus dudas de que exista voluntad política de concretar una descentralización real:

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