jueves, marzo 03, 2011

Construcciones: sin límites

 
Revista Alrededores entrevistó al Licenciado Gustavo Desplats, coordinador de la ONG Proto Comuna Caballito, quien explica los riesgos del exceso de construcciones en la ciudad de Buenos Aires y enfatiza que la participación activa de los ciudadanos es un mecanismo importante para debatir y problematizar estas cuestiones.
 
Según la Real Academia Española participar significa tomar parte en algo pero, también, hay otra acepción: dar parte, noticiar, comunicar. La organización Proto Comuna Caballito surgió con el intento de resaltar la importancia de conformar un marco colectivo en donde la participación sea el eje rector para propulsar la mejor calidad de vida de la comunidad. En este sentido, recuperar problemáticas de los vecinos nucleados en el barrio porteño de Caballito, entre ellos los vinculados con el medio ambiente y el planeamiento urbano, aparecen como cuestiones primordiales.
Si tuviéramos que armar una suerte de recorrido histórico, ¿cuándo empiezan -en concreto- los problemas de la construcción indiscriminada de torres en Caballito y, al mismo tiempo, de qué modo empiezan los vecinos a organizarse? 
En el año 2006 empezamos a trabajar la temática del crecimiento desordenado, abrumador, fuera de todo control en la ciudad de Buenos Aires. Ese modelo de construcciones empezó en el 2003: la finalidad de ese modelo es que el 80 por ciento de todo lo que se construye en la ciudad de Buenos Aires se construye en 11 barrios de la ciudad de Buenos Aires. Lo más grave de esto: Caballito, Palermo, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón y Coghlan concentran aproximadamente el 40 por ciento de todo lo que se construyó en los últimos ocho años en la ciudad de Buenos Aires.
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Gustavo Desplats
 
Si tuviéramos que armar una suerte de recorrido histórico, ¿cuándo empiezan -en concreto- los problemas de la construcción indiscriminada de torres en Caballito y, al mismo tiempo, de qué modo empiezan los vecinos a organizarse? 
En el año 2006 empezamos a trabajar la temática del crecimiento desordenado, abrumador, fuera de todo control en la ciudad de Buenos Aires. Ese modelo de construcciones empezó en el 2003: la finalidad de ese modelo es que el 80 por ciento de todo lo que se construye en la ciudad de Buenos Aires se construye en 11 barrios de la ciudad de Buenos Aires. Lo más grave de esto: Caballito, Palermo, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón y Coghlan concentran aproximadamente el 40 por ciento de todo lo que se construyó en los últimos ocho años en la ciudad de Buenos Aires.
A partir del año 2006 se profundiza ese modelo pero, fundamentalmente, con la llegada del señor ingeniero Macri como Jefe de Gobierno ha tomado un rumbo marcado: un relajamiento de la capacidad de control del gobierno de la ciudad.
Cada una de las problemáticas vinculadas con derrumbes, roturas de caños de gas, caídas de medianeras de vecinos, forman parte emergente de una política del “dejar hacer” del gobierno macrista.
Este retiro del Estado, dejando al mercado el regulamiento total de la industria de la construcción, lo que se hace es convalidar un modelo que busca maximizar las ganancias, minimizar los tiempos de obra, buscar materiales de menor precio y baja calidad y trabajar con mano de obra no calificada, todo lo cual conlleva, en primer lugar, un gran peligro para los obreros que son los primeros que sufren las problemáticas de este modelo. En segundo término, poner en riesgo la vida, la propiedad y bienes de los vecinos linderos, hablando de la problemática de la construcción en sí misma.
Antes de la creación de Proto Comuna Caballito, sus miembros participaron de la Asociación de Vecinos de Caballito Norte hasta que, en marzo de 2003, decidieron trabajar -sin abandonar la Asociación mencionada- en una entidad que fuera más amplia: se trataba de trabajar para todos los vecinos de Caballito y no solamente para los del sector norte. Organización, investigación y comunicación entre los vecinos son ejes centrales de esta ONG.
¿Cómo se conforma el equipo de Proto Comuna Caballito? 
Casi todos universitarios completos o incompletos vinculados a áreas sociales: Sociólogos, Licenciados en Psicología, un Antropólogo, Licenciado en Ciencias Económicas, Licenciado en Comunicación Social y, también, hay un arquitecto y planificador urbano que no está viniendo mucho pero que nos dio aportes muy importantes en un momento. Y vecinos del barrio de Caballito en general que apoyan. El núcleo de la organización es de aproximadamente unas 10 personas y después cada vez que realizamos algún evento, alguna acción se nos suman muchos vecinos.
Para el coordinador Gustavo Desplats lo que caracteriza al modelo de construcción que rige en la actualidad es la ausencia de planificación y organización.
Históricamente la ciudad de Buenos Aires tenía una Secretaría -que después devino en Ministerio con el gobierno de Telerman- que se llamaba Planeamiento Urbano. Cuando llegó el ingeniero Macri cambió el nombre por Desarrollo Urbano y, para mí, los nombres son importantes. Desarrollar no es lo mismo que planificar y, en realidad, el Ministerio se está encargando de desarrollar sin ningún tipo de planificación y esa es una grave problemática.
Por ejemplo, existe un convenio -3/07- firmado entre la empresa AySA y la ciudad de Buenos Aires en febrero de 2007 y un decreto -220/07- que forma parte del entramado legal de la ciudad de Buenos Aires y deja constancia de la criticidad del estado en la provisión de agua y del sistema de saneamiento cloacal en los barrios de Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Caballito, Palermo y Coghlan. Por ello establece la necesidad de realizar obras, inversiones, que consisten en la realización de 320 kilómetros de cañerías de transporte de agua y de recolección de material cloacal con un monto de 230 millones de pesos –cifra correspondiente al año 2007-. Acciones y proyectos que nunca se hicieron.
Lo que ha pasado es que el Gobierno de la Ciudad en vez de haber realizado las obras -o de no haberlas realizado y, sin embargo, haber limitado lo que se podía construir en estos barrios que era otra alternativa- permitió y entregó más de 2 millones de metros cuadrados de permisos de obra para esos 5 barrios, después de que ya estaban constatadas por el convenio las insuficiencias en las capacidades de la redes de provisión de agua y cloacal.
Todo esto es importante entenderlo en el marco de lo que Desplats denomina una connivencia entre funcionarios de la administración del Jefe de Gobierno Mauricio Macri y grandes empresas constructoras.
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La mayoría de los funcionarios tuvieron empresas o fueron empleados con cargos gerenciales de empresas cuyo principal motivo de ser es la construcción. Entonces, ¿cómo vamos a pedirles que sean firmes, que respeten las normas? Para ellos lo que se está haciendo es lo mejor…Obviamente, no tienen una visión de las necesidades de la ciudad de Buenos Aires, sino una perspectiva de su grupo de clase, de su pertenencia gerencial a grupos que se ven favorecidos por la construcción.
Al mismo tiempo, el Licenciado Desplats, señala otros problemas que provoca el exceso de edificaciones.
Está el problema de lo que denominamos “servicios secundarios” que son dañados por el incremento de la población del barrio: estamos hablando de las matrículas en los jardines maternales, las matrículas en los jardines de infantes, en las escuelas primarias y secundarias. Muchos vecinos de Caballito tienen que llevar a sus hijos a colegios en otros barrios porque ya no hay más matrículas.
También el estacionamiento es otro escollo porque los nuevos vecinos -igual que los viejos- tienen autos y la capacidad está totalmente colapsada: porque muchos de los garajes han sido demolidos para construir nuevos departamentos pero, al mismo tiempo, porque muchos de los nuevos edificios no tienen suficientes cocheras para todos los inquilinos que viven en ellos, con lo cual hay demandas y necesidades de nuevas cocheras y de lugares para estacionar.
Asimismo, está lo que todavía es mucho más grave: el problema del tránsito. Caballito es el área central de la ciudad de Buenos Aires a nivel geográfico, con lo cual si uno va de Liniers al centro o de Devoto a La Boca o de Boedo a Villa del Parque la ruta más rápida es pasar por Caballito. Esto hace que tengamos un gran flujo de tránsito pasante y también una importante cantidad de tráfico propio. Obviamente, la incorporación de decenas de miles de nuevos vecinos incorpora una gran cantidad de nuevos coches lo que también nos dificulta el tema del transporte automotor y ni qué hablar del transporte público: cualquier persona que haya estado entre las 13 y las 14, entre las 17 y las 20 horas en Acoyte y Rivadavia se puede dar cuenta de lo que es un sistema de transporte desbordado, tanto en lo que se refiere a los colectivos como el subte A.
Estas son algunas de las problemáticas que trae aparejado este dejar hacer del Estado al mercado en lo que se refiere a la construcción.
Como contrapropuesta a este incremento desmedido de construcciones en centros neurálgicos de la ciudad de Buenos Aires, el coordinador de Proto Comuna Caballito sostiene que una alternativa sería densificar otras zonas –en especial las del sur de la ciudad- en donde sí es necesario invertir.
Lo que es grave es que en los últimos ocho años el 20 por ciento de todo lo que se construyó en la nación argentina se construyó en la ciudad de Buenos Aires. Eso demuestra la necesidad de que haya un Estado que regule en función de las necesidades de la ciudad y de la nación argentina
Hay que entender que en la Constitución del año 96 de la Ciudad de Buenos Aires el primer requerimiento que hace la Carta Magna a los gobernantes de la ciudad es que trabajen en la búsqueda de disminuir las asimetrías entre el norte y centro desarrollado y el sur subdesarrollado, abandonado, olvidado, sin inversiones, que tiene nuestra ciudad. Y, lamentablemente, este modelo constructivo de los últimos ocho años lo que ha hecho es incrementar hasta maneras nunca pensadas esas asimetrías que tenía la ciudad.

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